Algunas obras de arte tienen la capacidad de trascender lo cotidiano, transformando lo común en algo extraordinario y revelando significados que a menudo pasan desapercibidos. Estas muestras no solo desafían nuestra forma de observar el mundo, sino que también nos invitan a reconsiderar el valor de los objetos más simples que nos rodean a diario.
En entrevista para Novus News Mx, Bruno Newman, coleccionista y fundador del Museo del Objeto del Objeto (MODO), habló sobre su más reciente exposición, “1+1=3”, que se exhibe en Casa Hotbook. Durante la conversación, Newman compartió parte de su historia personal, que alimenta su fascinación por los objetos, así como el modo en que su colección, que supera los 190 mil artículos, ha servido como base para el desarrollo del museo.
A decir de Newman, lo que comenzó como una afición personal se ha transformado en una colección monumental que hoy sirve como cimiento del MODO.
“Este gusto por los objetos tiene mucho que ver con mi madre, que también tenía muchas cosas antiguas en casa. Desde niño, desarrollé una inclinación por coleccionar timbres y monedas, una pasión que, con el tiempo, evolucionó hacia colecciones más complejas y diversas. Ya de grande, empecé a coleccionar objetos relacionados con mi carrera que es comunicación, como anuncios, envases, publicidad y otros artículos”, añadió.
El destacado coleccionista comparte que, aunque su madre no tuvo la oportunidad de conocer todo lo que ha logrado desarrollar en estas muestras que atesoran recuerdos de hace 30 años, guarda con cariño una memoria especial. Recuerda que, durante el tiempo en que ella padecía cáncer, él le regalaba cuadros de flores, los cuales ayudaron a llenar las paredes de su hogar con color y belleza, brindándole un rayo de esperanza en momentos difíciles.
Para Bruno Newman, el verdadero valor de un objeto coleccionable radica en varios factores clave. En primer lugar, destaca la unicidad: los objetos más preciados son aquellos que son singulares, que cuentan con una historia propia y que no se pueden encontrar fácilmente en otras colecciones. Esta singularidad les otorga un carácter especial que los distingue del resto. Además, menciona la “virgibilidad” de un objeto, es decir, su estado original y la falta de alteraciones que puedan disminuir su valor. Un objeto en su forma más pura es apreciado por su autenticidad y su significado histórico.
Otro aspecto crucial es la “actividad”, que se refiere a la capacidad de un objeto para contar una historia, evocar emociones o generar una conexión con su portador.
Finalmente, Newman destaca la “gentilidad”, que hace referencia a la delicadeza y el cuidado necesarios para preservar la integridad de un objeto coleccionable. Aquellos que han sido tratados con esmero y respeto suelen ser más valorados, reflejando el aprecio que han recibido a lo largo del tiempo.
“1+1=3: Redefiniendo lo cotidiano a través del arte”
Desde el momento en que se cruza la entrada de su enigmática y críptica exposición, queda claro que no se trata de una exhibición tradicional de objetos. Aquí, lo aparentemente trivial cobra nueva vida, y las piezas expuestas nos obligan a mirar más allá de la superficie para descubrir las historias que encierran. Esta propuesta invita a los visitantes a sumergirse en una experiencia donde los objetos comunes se reconfiguran y adquieren nuevos significados.
La exposición “1+1=3”, que estará abierta hasta el 20 de noviembre, reúne 125 obras que transforman objetos tan simples como botones, brújulas, lápices y casquillos de bala en piezas que cuentan nuevas historias.
Entre las obras destacadas se encuentra una reinterpretación de la bandera de Estados Unidos, elaborada con casquillos de bala, que ofrece una crítica directa a la relación entre patriotismo y violencia.
Otras piezas notables incluyen un Sagrado Corazón de Jesús con una mano que sobresale en el pecho y resalta con luz led, así como “La sacra muerte”, un cráneo adornado con corazones y pequeños “milagros” de latón, y una figura de lámina de Donald Trump, que fue utilizada como blanco en un club de tiro y ahora decora el interior de un inodoro, cargada de ironía política.
Estas obras no solo son visualmente impactantes, sino que también invitan a una reflexión profunda sobre el contexto cultural y social en el que se inscriben.
Además de su relevancia artística, “1+1=3” cuenta con un componente filantrópico fundamental. Todas las obras estarán a la venta, con precios que oscilan entre 15 mil y 90 mil pesos, y los fondos recaudados se destinarán a los programas educativos y actividades del MODO.