China se posiciona como líder en la revolución de la electromovilidad, impulsada por fabricantes como BYD y Nio, que han superado retos de producción y costos, ofreciendo vehículos eléctricos (EVs) competitivos.
Según el Australian Strategic Policy Institute, China domina en 37 de las 44 tecnologías estratégicas evaluadas, incluidos sectores como inteligencia artificial, energía solar y chips de alto rendimiento. Este avance responde a una estrategia nacional enfocada en innovación tecnológica y desarrollo industrial, respaldada por un fuerte apoyo estatal.
Douglas Turnbull, analista de Janus Henderson Investors, destaca el impacto de los EVs en la movilidad global. Por ejemplo, Shenzhen alcanzó una penetración del 67.9% en vehículos eléctricos en 2023, muy por encima del promedio nacional de 35.7%. Esto subraya el liderazgo chino en la transición hacia un transporte sostenible y su capacidad para influir en mercados internacionales.
Empresas como BYD, cuya presencia ya se extiende a ciudades como la Ciudad de México, reflejan el crecimiento de los EVs chinos en mercados clave. Sin embargo, este dinamismo también implica desafíos para los inversionistas, quienes deben analizar cuidadosamente a las empresas involucradas, dado que algunas priorizan objetivos nacionales sobre los intereses de los accionistas.
El avance de China en la industria automotriz y otras tecnologías no solo reconfigura los mercados globales, sino que también crea oportunidades para países como México. Estas tendencias pueden acelerar la adopción de tecnologías sostenibles y abrir nuevos horizontes en la cooperación internacional, especialmente con Asia y Estados Unidos.