El Presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), Óscar Rosado Jiménez, subrayó que la inclusión financiera es un paso clave para mejorar la vida de las personas, pero que debe ir acompañada de educación financiera y productos que realmente impacten de manera positiva en su día a día.
Al inaugurar la 17ª edición de la Semana Nacional de Educación Financiera (SNEF) 2024 frente al Monumento a la Revolución, Rosado Jiménez explicó que el primer paso hacia la inclusión financiera es el acceso, el cual comparó con tener una “llave” que permite a las personas ingresar al sistema financiero. Esto se ha visto facilitado con el crecimiento de las cuentas digitales, tanto en bancos como en Sociedades Financieras Populares (SOFIPOs) y Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAPs), así como en productos de pago electrónico como monederos digitales. “Contar con un producto de débito o un monedero electrónico es esa llave inicial”, señaló.
El segundo momento, según el presidente de la CONDUSEF, es la transaccionabilidad. “Puedo tener dinero, pero si no tiene movimiento o crecimiento, no sirve de nada”, indicó Rosado. Para que este dinero sea útil, es necesario fomentar su uso a través de alianzas locales que incentiven el pago electrónico y la movilización de recursos.
Finalmente, Rosado destacó que la verdadera inclusión financiera solo será efectiva si los productos financieros o comerciales mejoran la vida cotidiana de las personas. Si las personas no perciben un beneficio tangible, como ahorrar tiempo o dinero, la inclusión financiera no cumplirá su objetivo. La clave, comentó, es que las soluciones financieras tengan un impacto completo en el día a día de las personas, facilitando el pago de servicios básicos como luz y agua, y brindando ahorro tangible.
Además, enfatizó que la educación financiera ha tenido un giro revolucionario en los últimos 10 años. No basta con proporcionar acceso a productos financieros, sino que es fundamental educar a la población para que estos recursos generen bienestar. Actualmente, cinco países ya han desarrollado estudios estadísticos sólidos para medir tanto la salud financiera como su contraparte, el estrés financiero.
Según los resultados de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023, elaborada por CONDUSEF en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el panorama financiero de los mexicanos revela importantes desafíos en términos de bienestar y seguridad financiera.
Entre los hallazgos más destacados:
- 17.8% de las personas de 18 años o más reportaron un nivel alto de bienestar financiero.
- Sin embargo, 50.8% de la población se encuentra en un nivel de bienestar medio-bajo o bajo.
- 48.4% de los encuestados expresaron preocupación por la acumulación de deudas, identificada como una de las principales fuentes de estrés financiero.
- El 16.1% de la población considera que su nivel de deuda es alto o excesivo, lo cual compromete su estabilidad financiera.
- Un alarmante 36.9% de la población reporta niveles altos de estrés financiero, reflejando el impacto que los problemas económicos tienen en la salud mental.
Si bien el 34.6% de los encuestados se encuentra en un nivel moderado de estrés financiero y 28.5% reporta niveles bajos o nulos de estrés, es necesario seguir trabajando en reducir estas cifras y promover mejores condiciones económicas.
Con estos resultados, la CONDUSEF hace un llamado a reforzar las políticas públicas y privadas que impulsen la educación y el acceso a productos financieros efectivos, que no solo proporcionen inclusión, sino que realmente contribuyan a mejorar la calidad de vida de los mexicanos.