Miniso México, la subsidiaria de la popular cadena de tiendas de diseño asequible, se enfrentó a una crisis sin precedentes en marzo de 2020. Con más de 270 tiendas en operación y una plantilla de 6,000 empleados, el golpe fue devastador cuando todas sus tiendas cerraron de repente debido a la pandemia de COVID-19. La empresa, que no contaba con un canal de comercio electrónico establecido, vio desaparecer sus ingresos de la noche a la mañana. Además, una deuda de $3,000 millones de pesos y un inventario excedente agravaban la situación.
La historia de Miniso en México había sido, hasta ese momento, de rápido crecimiento y expansión. Desde la apertura de sus primeras dos tiendas en 2016, la marca había logrado una expansión vertiginosa, llegando a contar con cerca de 100 tiendas en menos de dos años. Esta expansión fue posible gracias al respaldo financiero de amigos y familiares, además de alianzas estratégicas con un family office y la adquisición de líneas de crédito para financiar sus ambiciosos planes.
Sin embargo, la llegada de la pandemia sorprendió a la empresa en un momento complicado. Justo antes del brote, Miniso México había adquirido los derechos de expansión para Argentina, Perú, Chile y Panamá, y se había equivocado en sus proyecciones de ventas, acumulando un inventario considerable. Además, la deuda en dólares era un peso significativo en sus finanzas.
La situación era tan crítica que, tres meses después del inicio de la pandemia, Miniso México estaba al borde de la quiebra. Eduardo Tishman, uno de los socios fundadores, describió esos meses como un periodo de “pura defensa”, en el que se vieron obligados a reinventar toda la organización para sobrevivir. A pesar de las enormes dificultades, lograron mantener a sus empleados y evitar despidos masivos, con el apoyo de algunos socios y bancos.
Para 2021, la empresa implementó una reestructuración que implicó cerrar tiendas no rentables, optimizar procesos y automatizar operaciones. Esto permitió que las ventas se recuperaran hasta alcanzar el 90% de los niveles pre-pandemia, y para 2022, Miniso México reportó ventas de $6,000 millones de pesos, con un crecimiento continuo en los años siguientes.
Hoy, con más de 350 tiendas en operación y una presencia consolidada en México y otros países de América Latina, Miniso México ha emergido como una organización más fuerte y rentable, contribuyendo con el 15% de los resultados globales de la marca.
Miniso México sigue viendo oportunidades de crecimiento, respaldada por un profundo conocimiento del mercado latinoamericano y una oferta de productos que sigue siendo altamente atractiva para los consumidores.
Con información de Whitepaper.mx