La directora del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey, Selene Martínez, advirtió que los cuatro municipios más afectados por las emisiones de la Refinería de Cadereyta registraron los niveles de contaminación por PM2.5 más elevados en los últimos cinco años.
Cadereyta, Juárez, Escobedo y San Nicolás, las localidades del Estado que soportan la mayor parte de las emisiones de la refinería de Pemex, fueron las que experimentaron el mayor aumento en las concentraciones de contaminantes. Estas zonas superaron, en gran medida, el límite anual establecido por la Norma de Salud mexicana para las partículas PM2.5, que es de 10 microgramos por metro cúbico.
Así mismo, la Secretaría de Medio Ambiente estatal informó que el año pasado se registró un promedio anual de 21.57 microgramos por metro cúbico en PM2.5, el más elevado a partir del 2020. “Un factor adicional que debe tomarse en cuenta es que hubo un incremento en la refinación diaria de barriles, comparado con el año 2023, y hay una relación lineal entre el incremento en la producción y el aumento en la contaminación”, comentó.
De todas las medidas de contaminación atmosférica, la contaminación por PM2,5 supone la mayor amenaza para la salud. Debido a su pequeño tamaño, las PM2,5 pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas y quizás días flotando en el aire, por lo que son extremadamente tóxicas y entran directamente al torrente sanguíneo provocando severos daños a la salud.
La exposición a los contaminantes PM 2.5 es muy perjudicial para la salud humana y puede tener efectos graves y de largo plazo. También se asocia con un mayor riesgo de cáncer de pulmón, deterioro cognitivo, trastornos neurológicos, y complicaciones durante el embarazo, como parto prematuro o bajo peso al nacer. Además, puede afectar el sistema inmunológico, provocar envejecimiento prematuro de la piel y reducir la esperanza de vida.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la exposición a altas concentraciones de partículas finas PM2.5 puede provocar padecimientos cardiovasculares y respiratorios graves, tales como infartos o cáncer pulmonar.
Martínez Muñoz indicó que la estación donde hubo mayor incremento de PM2.5 en el 2024 fue la estación de monitoreo de Cadereyta, por lo que la refinería se ha convertido en una de las mayores fuentes de contaminación en la región. “No se debe escatimar ningún esfuerzo para tener funcionando al 100 por ciento los procesos anticontaminantes, más cuando se está incrementando la refinación”.
Por último, informó que gestionan con la Semarnat una reunión con Pemex para dar seguimiento a sus acciones para mejorar sus equipos y procesos, e insisten en su incorporación al Programa Integral de Gestión de Calidad del Aire (Pigeca).