La calificadora Moody’s sorprendió al anunciar que pondrá bajo revisión para una posible mejora la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex), que hasta hace poco cargaba con una perspectiva negativa. El giro responde al lanzamiento del Plan Estratégico 2025-2035, con el que la petrolera y el Gobierno de México intentan convencer a los mercados de que ahora sí habrá disciplina financiera y operativa.
En el comunicado, Moody’s detalló que la revisión abarca la calificación corporativa de familia (CFR) en B3, la evaluación crediticia base (BCA) y las notas de deuda senior no garantizadas. Detrás de la decisión está el anuncio de un rescate financiero multianual, que incluye el Fondo de Apoyo al Capital de Pemex, con 12 mil millones de dólares en tres años, más inyecciones regulares de hasta 5 mil millones anuales por parte del Gobierno federal.
El objetivo es reducir la deuda bruta a unos 81 mil millones de dólares en 2025 y mejorar la liquidez, un tema que ha sido el talón de Aquiles de Pemex durante la última década. Moody’s advierte que el verdadero reto será comprobar que los planes de eficiencia y reducción de pérdidas en refinación no se queden en papel.
El movimiento es visto como un respiro, pero también como una última llamada: si Pemex logra demostrar que puede generar flujo de caja positivo y depender menos del dinero público, la calificadora podría elevar su nota. Si no, el riesgo de que vuelva a caer en la mira de los mercados seguirá latente.
En otras palabras, Pemex tiene la mesa puesta para recuperar credibilidad, pero el reloj corre. Por ahora, Moody’s abre la puerta; el reto es que la petrolera no vuelva a cerrarla con promesas incumplidas.
