El Gobierno federal puso en la mira las llamadas “pensiones doradas” de Pemex y de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC), al calificarlas de “ofensivas y desproporcionadas”. La presidenta Claudia Sheinbaum advirtió que incluso se analizan cambios constitucionales para frenar estos excesos que contrastan con la realidad de millones de mexicanos.
“Imagínense, hay jubilaciones de un millón de pesos mensuales, mientras miles de ex trabajadores de LyFC quedaron en el abandono tras la liquidación que ordenó Calderón”, lanzó Sheinbaum en la mañanera.
De acuerdo con la secretaria de Anticorrupción, Raquel Buenrostro, el padrón de LyFC suma 14,073 jubilados, con un costo anual de 28,074 millones de pesos. Lo escandaloso: 67% cobra entre 100 mil y un millón al mes, y 3,504 ganan más que la propia presidenta. Además, el gobierno subsidia su ISR con 2,367 millones de pesos de recursos públicos.
El caso de Pemex tampoco se queda atrás: hay 22,316 jubilados de confianza, con un gasto anual de 24,844 millones de pesos. Entre ellos, 15 reciben más de 340 mil pesos al mes, 544 superan lo que gana la presidenta y 1,096 cobran más que el máximo tabulador de la empresa.
En algunos casos, los jubilados obtienen hasta 140 veces más que el salario promedio nacional, y lo han hecho por más de 16 años.
“Son privilegios heredados del periodo neoliberal que hoy resultan insostenibles”, remató Buenrostro.
