Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los capos más buscados y antiguos del narcotráfico en México, aceptó ante un juez de Nueva York lo que durante años fue evidente: su responsabilidad en el tráfico de drogas y lavado de dinero al frente del Cártel de Sinaloa.
El mismo tribunal que condenó a Joaquín “El Chapo” Guzmán escuchó ahora a “El Mayo” Zambada, quien reconoció haber movido más de mil 500 toneladas de cocaína y construido una red criminal que operó durante cinco décadas, sobornando a políticos, policías y militares para mantener el negocio.
Su confesión llegó con una frase dura: “Moriré en una prisión de Estados Unidos”, como lo anticipó la fiscala general Pam Bondi, quien confirmó que en enero de 2026 recibirá la condena de cadena perpetua. El juez Brian Cogan, famoso por sentenciar al Chapo, le recordó que renunció a apelar y que podría recibir hasta dos cadenas perpetuas.
El Gobierno de EU calcula que el imperio criminal de “El Mayo” Zambadageneró alrededor de 15 mil millones de dólares, dinero que ahora buscarán recuperar. Mientras tanto, la DEA recordó que miles de familias estadounidenses perdieron padres, hijos o hermanos por el consumo de drogas como el fentanilo que su organización traficó.
En su declaración, el “El Mayo” Zambada pidió perdón y reconoció el daño causado en México y Estados Unidos. Admitió que desde que empezó a los 19 años con la mariguana, su negocio se convirtió en un monstruo que cruzaba toneladas de cocaína cada año, dejando a su paso violencia, corrupción y dolor.
La historia de Zambada cierra un capítulo, pero abre otro: Estados Unidos advirtió que la cacería contra líderes del narco sigue en pie y que “no descansarán hasta destruir sus organizaciones”.
