A once meses de iniciada la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, México enfrenta un reto que va más allá de los discursos políticos: el crecimiento económico no se está reflejando en la vida cotidiana de la población. Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) del país reportó un avance de 0.9% anual en el primer semestre de 2025, el PIB per cápita sigue en niveles de 2017, lo que significa que el ingreso promedio por persona lleva ocho años sin crecer.
De acuerdo con el diagnóstico de México, ¿cómo vamos?, este estancamiento implica que el país no ha logrado generar prosperidad compartida ni reducir las brechas regionales. El sur-sureste, históricamente rezagado, continúa fuera de la dinámica de integración con Norteamérica, mientras que las MiPymes —que generan 7 de cada 10 empleos— apenas reciben 38.8% de la inversión, frente al 61.2% que concentran las grandes empresas.
Mercado laboral: avances, pero con deudas pendientes
El 70% de los ingresos de los hogares en México proviene del trabajo, lo que hace indispensable analizar con lupa la evolución del mercado laboral. Aunque el ingreso real de los empleos formales creció 3.1% anual y el de los informales 2.2%, persisten tres rezagos estructurales:
- La baja participación femenina, que alcanza solo 45.8%, frente al 75.1% de los hombres. Esta brecha de 30 puntos refleja la ausencia de un Sistema Nacional de Cuidados que permita a las mujeres incorporarse al empleo remunerado.
- La alta informalidad, que afecta al 54.8% de la población ocupada. Esto significa que más de la mitad de los trabajadores carece de seguridad social.
- La baja productividad, estancada en niveles de 2009. Solo las actividades primarias (agricultura, pesca y ganadería) muestran crecimiento sostenido; las secundarias y terciarias apenas alcanzan incrementos de 0.7% y 1%, respectivamente.
Energía: rezagos en la transición
Entre enero y julio de 2025, 76.7% de la energía en México se generó con combustibles fósiles, lo que contrasta con las tendencias globales y los compromisos internacionales. Pemex y CFE continúan siendo actores dominantes, pero su rol está lejos de impulsar la transición hacia fuentes renovables.
El Plan Estratégico 2025-2035 de Pemex promete convertir a la petrolera en una empresa rentable con participación en energías limpias, pero hasta ahora la estrategia parece centrarse en transferencias de recursos públicos, sin ajustes estructurales que garanticen eficiencia ni viabilidad financiera.
Estado de derecho: seguridad como freno económico
El Índice de Progreso Social ubica a entidades como Colima, Morelos y Zacatecas con fuerte deterioro en seguridad personal. En Zacatecas, 9 de cada 10 habitantes se sienten inseguros, lo que limita decisiones cotidianas como trabajar en turnos nocturnos, abrir negocios o simplemente salir a la calle.
Además, la extorsión creció 8% en los primeros siete meses de 2025, afectando sobre todo a micro y pequeñas empresas. Esto frena la inversión, reduce la productividad y alimenta la percepción de que el Estado de derecho no ofrece garantías suficientes para emprender o mantener proyectos.
Hacienda Pública: el talón de Aquiles
Más allá del crecimiento o del empleo, el mayor pendiente está en las finanzas públicas. México necesita recursos suficientes para atender deuda, pensiones, salud y educación, pero los números son preocupantes:
- 44.5 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud, 25.7 millones más que en 2016.
- El gasto proyectado para 2025 equivale a apenas 2.4% del PIB en salud y 2.9% en educación, cuando el estándar internacional es más del doble.
- 24.2 millones de personas presentan rezago educativo, 1.9 millones más que hace ocho años.
Aunque los programas sociales alcanzan un nivel histórico de cobertura, la progresividad se redujo: en los hogares más pobres, la cobertura cayó 20 puntos porcentuales entre 2018 y 2024. La expansión de la Pensión de Adultos Mayores, al ser universal, explica parte de esta caída, pero también evidencia que los recursos se concentran en un programa mientras se descuida la inversión en educación y salud.
Una década perdida en ingreso y servicios
En términos prácticos, México enfrenta una especie de década perdida en bienestar:
- El ingreso promedio por persona está estancado desde 2017.
- Los niveles de productividad son similares a los de 2009.
- Los rezagos en salud y educación crecieron en lugar de reducirse.
A esto se suma la fragilidad de la Hacienda Pública, que depende cada vez más de deuda y transferencias extraordinarias a Pemex, mientras millones de mexicanos ven deteriorados servicios básicos como hospitales, medicamentos y escuelas.