En la reunión del FOMC del miércoles 17 de septiembre, la Reserva Federal decidió recortar la tasa de referencia en 25 puntos básicos, llevándola al rango de 4.00%-4.25%. Aunque este movimiento ya estaba descontado por los mercados, la atención se centró en el discurso de Jerome Powell, quien adoptó un tono más restrictivo (hawkish) respecto a futuros recortes en las reuniones del 29 de octubre y 10 de diciembre.
Powell enfatizó que el ajuste busca balancear los riesgos entre inflación y empleo. Señaló que el consumo se ha desacelerado, el sector vivienda permanece débil y la creación de empleo se mantiene por debajo del promedio, proyectando incluso una subida del desempleo hacia el 4.5%. A la vez, reconoció que la inflación sigue siendo elevada y con riesgo de persistencia, por lo que no hay prisa en acelerar el ritmo de recortes.
El mensaje reforzó la idea de que la Fed seguirá siendo data-dependiente, evaluando reunión a reunión. Powell dejó claro que “no hay urgencia por recortar 50 puntos básicos” y que los precios siguen presionados por factores como los aranceles.
En los mercados, los índices de Wall Street mostraron volatilidad durante la sesión, pero cerraron en niveles similares a los previos al comunicado. En contraste, el dólar se fortaleció +0.40% al cierre de Nueva York, generando presión bajista sobre monedas emergentes como el peso mexicano. Por otro lado, activos refugio como el oro y Bitcoin retrocedieron, reflejando expectativas de que recortes futuros puedan favorecer a la renta variable.
Por Emanuel Juárez, analista de mercados financieros de HF Markets