Solunion México, la compañía de seguros de crédito, fianzas y de servicios asociados a la gestión del riesgo comercial, presenta los resultados de la última edición de la encuesta sobre el comercio mundial elaborada por Allianz Trade, uno de sus dos accionistas.
Tras el llamado “Día de la Liberación” —fecha en la que Estados Unidos impuso nuevas medidas comerciales—, el interés global por Latinoamérica como centro estratégico para relocalizar operaciones se duplicó, pasando del 5% al 10%. Así lo revela la Allianz Trade Global Survey, que analiza las perspectivas de 4,500 empresas exportadoras de Estados Unidos, China, Singapur, España, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Reino Unido.
Según la encuesta, Latinoamérica se posiciona como una de las principales regiones ganadoras en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales, al captar el interés de empresas chinas, europeas y estadounidenses para producir, invertir y abastecerse desde la región. Entre los factores que impulsan esta tendencia se encuentran su cercanía con Estados Unidos, la disponibilidad de recursos naturales y el nuevo orden geopolítico global.
El estudio muestra que el interés de las empresas chinas en Latinoamérica pasó del 5% al 15% tras el Día de la Liberación. Además, el 35% de las compañías chinas con presencia en la cadena de suministro latinoamericana afirmó que mantendrá sus operaciones en la región, frente al 24% previo al evento.
Por su parte, las empresas estadounidenses han ajustado sus prioridades: antes del hito, el 61% prefería Asia-Pacífico como destino estratégico, cifra que ha descendido al 34%. En contraste, ha crecido el interés por regiones consideradas “amigas” como Europa Occidental y Latinoamérica. Cerca del 25% de las empresas con operaciones en China ahora evalúa trasladarse a estas regiones, en una estrategia de friendshoring orientada a lograr mayor estabilidad ante el contexto comercial incierto.
Desde Europa, también se ha observado un cambio de enfoque: las empresas exportadoras de Francia incrementaron su interés en Latinoamérica del 4% al 15%, mientras que las alemanas pasaron del 2% al 6%. A esto se suma un aumento en la intención de exportar hacia la región: tras el Día de la Liberación, el 10% de las empresas europeas ve a Latinoamérica como una zona con oportunidades comerciales, frente al 4% previo.
Este nuevo escenario confirma el potencial de Latinoamérica como destino estratégico para iniciativas de nearshoring y diversificación de proveedores. México, por su ubicación privilegiada, capacidad industrial y red de tratados comerciales, se presenta como uno de los principales beneficiarios de esta transformación global.
“Aunque el nuevo acuerdo comercial reduce la tasa media de aranceles de exportación de Estados Unidos sobre China al 39%, sigue siendo mucho más alta que el 13% aplicado antes de la segunda administración Trump. En este contexto, el friendshoring continúa ganando terreno: Europa y Latinoamérica están surgiendo como alternativas atractivas para las empresas chinas, mientras que las compañías europeas están, a su vez, cada vez más interesadas en exportar a China y Asia.
“Entre ambas encuestas, la intención de exportación aumentó hasta el 36%, y el interés hacia el mercado del sur y el Sudeste Asiático se duplicó hasta el 14%. Mientras tanto, Latinoamérica se perfila como la triunfadora en las estrategias de búsqueda de alternativas comerciales, ya que tanto las empresas chinas como las europeas buscan en la región un acceso a Estados Unidos a menor coste”, afirma Françoise Huang, Economista Senior para Asia-Pacífico y Comercio Global de Allianz Trade
El informe también revela que el atractivo de la región no se limita a un sector específico. Las áreas con mayor crecimiento en interés son el sector energético (del 4% al 18%) y el minero (del 6% al 19%), seguidos por manufactura, agricultura y comercio mayorista.
Las compañías exportadoras esperan un impacto en sus negocios por el nuevo contexto de aranceles al alza
Los resultados de la encuesta indican un cambio en las expectativas de crecimiento, la percepción de los riesgos – especialmente en lo que respecta a los retrasos en los pagos – y las diversas estrategias para mitigar los efectos de la guerra comercial.
Cerca del 60% de las empresas espera un impacto negativo provocado por esta guerra comercial, y el 45% prevé que su facturación del negocio exportador disminuya. Este efecto va más allá del volumen comercial, ya que más de una de cada cuatro compañías está considerando la posibilidad de detener temporalmente la producción debido a la combinación de aranceles y volatilidad de las divisas, especialmente en aquellos sectores que dependen de bienes intermedios importados.
“En contraste con el optimismo mostrado en la primera oleada de la encuesta, esta edición de la Global Survey confirma lo que hemos venido observando en todos los mercados: la incertidumbre y la fragmentación se están convirtiendo en estructurales. El “Día de la liberación” puso de manifiesto las vulnerabilidades de aquellas compañías con cadenas de suministro y mercados de exportación muy concentrados. Las cifras hablan por sí solas: las expectativas positivas de exportación a escala mundial descendieron del 80% al 40%, y el 42% de las empresas espera que su volumen de negocio exportador caiga entre un -2% y un -10% comparado con el 5% que mostraba esta previsión antes de los anuncios del 2 de abril.
El riesgo de impago al alza pone de manifiesto la necesidad de protección frente al riesgo comercial
Tras el “Día de la liberación”, el 25% de los exportadores prevé retrasos en los plazos de pago por encima de los 7 días, lo que supone un incremento de 13 puntos porcentuales respecto a la primera edición de la encuesta.
“Las empresas de mayor tamaño tienden hacia plazos de pago más largos: el 26% de las compañías encuestadas con un volumen de negocio superior a 5.000 millones de euros se enfrentó a plazos de cobro superiores a 70 días, frente al 18% de la media de la muestra global. Esto sugiere que las grandes organizaciones están asumiendo cada vez más el rol de banco invisible para las empresas más pequeñas. A medida que los exportadores se enfrentan a ciclos de pago más largos y a mayores riesgos de insolvencia, se ven presionados para repercutir costes, abastecerse en nuevos mercados o incluso reconsiderar su presencia internacional“, indica Ana Boata, Jefa de Estudios Económicos de Allianz Trade.
La situación revela la necesidad de las empresas de proteger sus negocios frente al riesgo comercial. “En este contexto de incertidumbre y plazos de pago en aumento, la protección del flujo de caja es fundamental. La prevención y la mitigación de los impagos deben estar contempladas en las estrategias de las compañías mexicanas que quieran aprovechar la coyuntura y hacerlo con seguridad”, explica Roberto Ricalde, Director de Riesgos de Solunion México.