México es un país de inmensa diversidad cultural, cuya herencia se refleja en cada rincón de su vida cotidiana. La gastronomía, la música, el cine, las artesanías y las tradiciones son pilares fundamentales que llenan de orgullo a los mexicanos y mantienen viva la esencia del país, a pesar de las influencias extranjeras y las nuevas tendencias que llegan con la globalización.
Un reciente estudio de Kantar, titulado “Lo que 100 mexicanos dijeron sobre… La Mexicanidad”, arroja datos interesantes sobre cómo los mexicanos interactúan con los contenidos locales. Uno de los hallazgos más significativos es que tres de cada diez personas eligen consumir productos culturales hechos en México no solo por apoyar la industria nacional (31%), sino porque genuinamente disfrutan de ellos (34%) y encuentran en ellos historias y realidades diferentes (26%).
El estudio también revela que la calidad de los contenidos es un factor importante para el 25% de los encuestados, mientras que el 22% los elige por su originalidad y distinción respecto a otras propuestas culturales. Estas cifras reflejan el valor que los mexicanos otorgan a su propia producción cultural, manteniéndose fieles a un nacionalismo que celebra la autenticidad y las historias propias del país.
Empero, no sólo la originalidad y la calidad son clave; la proximidad emocional juega un papel relevante. Para el 25% de los mexicanos, la posibilidad de reconocer lugares conocidos en películas, series y otros productos culturales locales es un gran atractivo.
Además, el 19% de los participantes indicó que sentirse identificado con las historias y personajes es una razón importante para consumir estos contenidos. Este sentido de pertenencia y familiaridad refuerza la conexión con su entorno, ya que las narrativas mexicanas ofrecen una representación tangible de las experiencias y paisajes que forman parte de su vida cotidiana.