El cineasta mexicano Rodrigo Ímaz debuta con Àvia, el jardín de la memoria, un documental íntimo y visualmente poético que rinde homenaje a su abuela, Montserrat Gispert Cruells, una científica y feminista adelantada a su tiempo. La cinta invita a reflexionar sobre la memoria, el paso del tiempo y la forma en que el amor puede resistir incluso al olvido.
Nacida en Barcelona, Montserrat llegó a México en 1941 después de huir con su familia de la dictadura franquista. Cruzaron los Pirineos a pie, pasaron por Francia y Marruecos, y finalmente desembarcaron en Veracruz gracias al asilo ofrecido por el presidente Lázaro Cárdenas. En su nueva vida, se convirtió en una de las primeras mujeres tituladas en la UNAM y dedicó más de cinco décadas al estudio de la etnobotánica, explorando la relación entre las plantas, la cultura y las comunidades.
Ímaz transforma esta historia en una experiencia sensorial donde las imágenes, los sonidos y los silencios dialogan con la memoria. Àvia se convierte así en una carta de amor y despedida, un viaje emocional sobre la pérdida, la enfermedad y la dignidad del ocaso, pero también sobre la belleza de existir y recordar.
La película conecta con una generación que busca sentido en lo íntimo y lo real: un recordatorio de que, incluso en la fragilidad, la vida florece.