Alejandro Cuétara regresa en la segunda temporada de Profe Infiltrado interpretando nuevamente a Don Rafael, el peculiar “rey de la fayuca”. Sobre su retorno, el actor comparte con entusiasmo: “Es una serie muy padre, muy bien hecha, muy ágil, muy fácil de ver y a la uno le fue muy bien, así que siempre que estás esperando una segunda temporada te dan ganas de que no se tarden, que la peguen lo más pronto posible y me pareció que ya era hora de lanzarla”.
En esta nueva entrega, Don Rafael experimenta ciertos cambios. “Sí, el personaje en esta segunda temporada, no quiero aventar spoilers, pero está hace un viaje y se separa un poquito de los negocios, los vigila desde lejos porque está huyendo de la policía y desde ahí maneja un poquito todo. El personaje tiene mucho más presencia en la uno que en la dos, pero en la dos también sigue siendo ahí una fuerza que andaba moviendo el mal”, explica Cuétara.
Aunque Profe Infiltrado se presenta como una comedia ligera, no escapa a la crítica social. “El primer reto es que el tono en que lo hicimos es farsa y la farsa pues es peligrosa, estás en la orilla de irte a una cuestión exagerada. Entonces la farsa es algo muy bonito, pero muy difícil de hacer”, detalló. Además, resalta el trabajo de dirección: “Me parece que está muy bien logrado por todo el elenco, pero por supuesto con la dirección de Poncho Pineda y Miguel Necochea nos llevaron a un buen lugar”.
“Evitamos hacer apología del crimen, el país no la necesita”
Respecto a los temas de fondo, Cuétara destaca que “la comedia siempre será el mejor vehículo para… nunca quiere uno aleccionar a nadie, pero si puedes por ahí dejar de resbalón un mensajito disfrazado en comedia, está padrísimo. En la uno pues es claramente el ciberacoso, el ciberbullying en las preparatorias, que es un problema muy grave, y en el dos pues el tema del agua, creo que lo tratamos de una manera inteligente”.
Uno de los aspectos que más valora de la serie es su enfoque: “Evitamos hacer apología del crimen, el país no la necesita. Entonces, mi personaje bien pudo haber sido un narcotraficante, pero no, lo hice un rey de la fayuca, es algo que ya casi casi ni pasa. En los 80, si querías tener un Milky Way, tenías que ser de fayuca. Entonces, ya no existe la fayuca, es una manera de no hacer la apología del crimen”.

Sobre su transición del drama a la comedia, dice: “Yo en la comedia es donde más cómodo me siento, es mi área de juego, y me reto a hacer drama porque justo me saca de mi zona de confort”. Aseguró que, más que elegir personajes, “el personaje nos elige a nosotros… aprovechamos las oportunidades que nos dan y tratamos de ser el máximo de ellas”.
La libertad de crear a Don Rafael
Don Rafael, en particular, fue un personaje que se construyó con libertad: “Desde lo que presenté en el casting al creador de la serie, a mi buen amigo Jaime Muñoz de Baena… me dejaron mucha libertad de proponerle y de improvisarle al personaje. Entonces lo construimos, de verdad, en dos callbacks y en la primera semana de grabación”.
Sobre el cambio en la manera de consumir contenidos, Cuétara comenta: “La televisión evolucionó. El modelo de negocio y el modelo de ver televisión ha cambiado y se extrapoló totalmente en la pandemia… ya hoy justo la inmediatez con las nuevas generaciones requiere que me siente y yo la vea cuándo yo quiero, cómo yo quiero y en el orden que a mí me da la gana, y para eso está el streaming”.
Finalmente, adelantó sobre sus próximos proyectos: “Ahorita tengo por estrenarse tres películas muy interesantes. Una es “Ocote” de Gerardo Naranjo… una producción de Netflix. Otra es “No Solitarias”, una película chiquita e independiente, y la tercera es “Noviembre”, una coproducción México-Colombia sobre la toma del Palacio de Justicia en Colombia en 1989”. También viene la temporada dos de “Ugly”.