Las tarjetas de crédito han cambiado mucho desde que Banamex emitió la primera en México en 1968. Hoy, la mayoría de nosotros tiene acceso a pagos sin contacto, códigos de seguridad dinámicos y apps bancarias que permiten controlar todo desde el celular.
Dentro de sus beneficios más populares está la modalidad de meses sin intereses: la posibilidad de pagar una compra en parcialidades fijas sin recargos, siempre que cumplas con los pagos a tiempo.
Para muchos millennials, esta opción es tentadora porque ayuda a mantener liquidez y acceder a bienes de mayor valor sin descapitalizarse. Pero también puede ser el inicio de un problema si no se usa con estrategia.
Cuándo sí usarlo:
- Compras planeadas y de uso prolongado, como electrodomésticos o muebles.
- Aprovechar ofertas de temporada que combinen descuentos y financiamiento.
- Cuando la mensualidad encaja sin problema en tu presupuesto actual.
Cuándo evitarlo:
- Gastos que se consumen rápido, como despensa o servicios.
- Compras por impulso que no habías contemplado.
- Sumar nuevas deudas si ya tienes varios pagos mensuales pendientes.
La clave es entender que meses sin intereses no significa “dinero gratis”, sino un crédito que compromete parte de tu ingreso futuro. Úsalo para lo que realmente te aporte valor y asegúrate de cumplir los pagos. De lo contrario, lo que parecía una buena oportunidad puede convertirse en una carga difícil de manejar.
