El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una oportunidad para reflexionar sobre las desigualdades que persisten en la vida cotidiana. Uno de los ámbitos donde esta inequidad es más evidente es en la distribución del tiempo entre mujeres y hombres, especialmente en el trabajo del hogar y los cuidados.

Según datos de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2019, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y analizada por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las mujeres en México dedican en promedio 3 horas y 25 minutos diarios a los cuidados de otras personas, mientras que los hombres solo destinan 1 hora y 40 minutos. Además, ellas invierten 3 horas y 39 minutos en labores del hogar, frente a las 2 horas y 32 minutos que dedican los hombres.

Esta carga desproporcionada de responsabilidades domésticas y de cuidado limita las oportunidades de las mujeres para incorporarse al mercado laboral. Mientras los hombres pueden destinar 6 horas y 10 minutos al empleo remunerado, las mujeres solo alcanzan las 4 horas y 30 minutos. La brecha en el acceso a oportunidades económicas perpetúa la desigualdad de género y reduce las posibilidades de crecimiento profesional para millones de mujeres.

El tiempo que las mujeres destinan al hogar y los cuidados es una barrera estructural que impide su plena participación en la economía. Si bien en las últimas décadas ha habido avances en la incorporación femenina al trabajo remunerado, la falta de corresponsabilidad en las tareas domésticas sigue siendo un obstáculo clave.

Cerrar esta brecha requiere políticas públicas que fomenten la equidad en el reparto de las responsabilidades del hogar, el acceso a guarderías y licencias parentales equitativas. También es crucial un cambio cultural que promueva la participación activa de los hombres en los cuidados y en las tareas domésticas.

En este Día Internacional de la Mujer, es fundamental reconocer que la equidad de género no solo se trata de derechos, sino también de oportunidades. Redistribuir el tiempo de manera justa es un paso clave hacia una sociedad más equitativa y justa para todos.