Los adeudos de Petróleos Mexicanos (Pemex) con empresas del sector construcción han alcanzado ya los 7 mil millones de pesos, según cifras actualizadas por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

Luis Méndez Jaled, presidente nacional de la CMIC, explicó que, aunque hace dos meses el monto estimado era de mil millones de pesos, hoy se reconoce oficialmente una deuda de tres mil millones, pero el total podría ser más alto.

“Muchas empresas me dicen que Pemex les debe 20 millones, pero no quieren que lo haga público. Aun así, tengo que subir el dato, porque al final es dinero que no se ha pagado y afecta socialmente. Hay muchas familias que podrían quedarse sin empleo; los empresarios ya no pueden sostener esta situación, se ha convertido en un círculo vicioso”, dijo.

De acuerdo con los estados financieros de Pemex, al cierre de marzo de 2025 la petrolera acumula pasivos con proveedores y contratistas por 404 mil millones de pesos, casi una cuarta parte de su deuda financiera total.

Méndez Jaled explicó que el retraso en los pagos impide a las empresas cumplir con sus obligaciones fiscales, lo que les cierra la posibilidad de seguir contratando con Pemex, afectando también a la propia empresa estatal.

La situación es especialmente crítica en regiones como Coatzacoalcos y Poza Rica (Veracruz); Ciudad del Carmen (Campeche); y Salina Cruz (Oaxaca).

Respecto al programa del Infonavit que permite a ocupantes ilegales adquirir viviendas invadidas, Méndez Jaled expresó su desacuerdo, al considerar que no es una medida “soberana”.

“Parece injusto que quien tomó una casa de forma ilegal ahora reciba beneficios. Esto no debe convertirse en un incentivo que perjudique a quienes sí compraron su vivienda de manera formal”, advirtió.

También, sobre la reforma que establece la jornada laboral de 40 horas semanales, el dirigente señaló que el sector ya se prepara para implementarla, aunque implicará un incremento del 21 % en los costos para las empresas.

Indicó que se busca un proceso de transición ordenado y con diálogo, para evitar impactos negativos tanto para los trabajadores como para los empleadores. Actualmente, los obreros del ramo laboran en promedio 48 horas a la semana, por lo que la reducción podría abrir nuevas plazas laborales y oportunidades.