Parece que nada puede sacudir la seguridad de Coca-Cola en el mercado mexicano. Pese a la volatilidad económica, el CEO de la compañía, James Quincey, minimizó cualquier impacto significativo del tipo de cambio y los aranceles al aluminio, asegurando que su modelo de negocio puede adaptarse a cualquier entorno.
Según Quincey, México sigue siendo un ejemplo dentro de la empresa, gracias a su diversificación de productos y estrategias de precios. Además, la sólida relación con sus embotelladores locales ha sido clave para mantener la estabilidad del negocio.
“El mercado mexicano es único, con opciones para todos los consumidores”, comentó, dejando claro que, pase lo que pase, su apuesta sigue firme.