La Semana Santa llegó, y para muchas familias con hijos en edad escolar, eso significa días libres, descanso… y la necesidad de encontrar actividades que mantengan a los pequeños entretenidos sin recurrir siempre a la televisión o el celular.
Aunque es una temporada en la que muchos aprovechan para salir de viaje, lo cierto es que no todas las familias se suman al turismo. De hecho, una encuesta reciente realizada por Polls MX indica que el 44% de las personas planean quedarse en casa, aprovechando el tiempo para visitar a familiares, ir al parque o simplemente descansar.
Pero quedarse en casa no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento. Para muchas mamás, estos días pueden ser una oportunidad valiosa para pasar tiempo de calidad con sus hijos, enseñarles algo nuevo y, de paso, fomentar hábitos responsables con el medio ambiente.
Una alternativa práctica y educativa es el reciclaje. En lugar de desechar envolturas, botellas o latas sin pensarlo dos veces, se puede transformar esta acción cotidiana en una actividad divertida y significativa para los niños. La clave está en cambiar la perspectiva: no se trata solo de “tirar basura”, sino de enseñarles cómo darles una segunda vida a esos objetos que usamos todos los días.
En la Ciudad de México, por ejemplo, existen puntos de reciclaje automatizados que permiten a las personas depositar residuos como PET, aluminio, bolsas de plástico, e incluso envases de shampoo o detergente. Este tipo de herramientas no solo facilitan el proceso de reciclaje, también ofrecen incentivos que pueden resultar atractivos para toda la familia: desde entradas al cine hasta descuentos en tiendas o centros de entretenimiento.
Más allá del beneficio inmediato, esta actividad puede abrir conversaciones en casa sobre el consumo responsable, la separación de residuos y el impacto que nuestras decisiones tienen en el planeta. Es una manera accesible de sembrar conciencia ecológica desde la infancia.
Además, involucrar a los niños en este tipo de prácticas puede tener efectos positivos en su desarrollo. Al asumir pequeñas responsabilidades —como juntar los envases después de comer o escanear códigos antes de depositarlos—, se fomenta la autonomía, el sentido de colaboración y el aprendizaje práctico.
Así que si estás buscando qué hacer con tus hijos durante estos días sin escuela, reciclar juntos puede ser una opción que no solo entretiene, sino que educa, conecta y aporta. No hace falta gastar mucho, solo un poco de tiempo, disposición y ganas de hacer algo diferente.
¿Qué es BioBox?
BioBox es el facilitador de reciclaje de residuos que otorga recompensas y que al mismo tiempo crea comunidad entre las personas y una experiencia sencilla, gratificante y consciente de reciclar. Lo hace al combinar máquinas inteligentes y una app intuitiva, que permiten a los usuarios depositar residuos reciclables para acumular puntos que pueden canjear por recompensas exclusivas.
Solo basta con descargar la aplicación, registrarte, ubicar una máquina BioBox entre las más de 250 alrededor de la CDMX, escanear el código QR que verás en la instalación, escanear el que viene en tu envase o envoltura, depositarla y canjear tu recompensa. Cada máquina tiene la capacidad de recolectar 300 kilogramos de residuos sólidos como PET, vidrio, bolsas de plástico que cuenten con código de barras, polietileno de alta densidad presente comúnmente en botellas de shampoo o detergente (HDPE), hojalata y aluminio.
Cada residuo que ingreses a la máquina equivale a un punto, mientras más recicles, más puntos acumulas, los cuales podrás intercambiar por:
- Descuentos que van desde el 10 al 15% en tiendas
- Entradas al cine
- Restaurantes de comida rápida
- Centros de entretenimiento familiar
- Recargas telefónicas
Al final, lo que se acumula no son solo puntos o recompensas, sino experiencias y valores que pueden perdurar mucho más allá de las vacaciones.