La empresa mexicana TARUK avanza en la transformación del transporte público mediante la fabricación de autobuses eléctricos desarrollados con tecnología nacional. Su modelo más reciente, de 9.5 metros de largo, fue diseñado para funcionar como vehículo alimentador en zonas urbanas, con dimensiones que permiten maniobrar en calles estrechas y facilitar el acceso desde colonias hasta avenidas principales.
Este tipo de unidad busca atender una necesidad clave de la movilidad cotidiana: conectar a las personas con sistemas masivos como metro, Metrobús o trenes suburbanos.
En ese contexto, y con miras al Mundial 2026, se prevé que estos autobuses puedan incorporarse en rutas estratégicas, como la que conecta al aeropuerto del estado de Jalisco, así como en zonas cercanas al Estadio Azteca, que contará con acceso ferroviario durante el evento.
En entrevista con Novus News Mx, Roberto Gottfried, director general de MegaFlux y vocero de la compañía, detalló que TARUK ha desarrollado internamente todos los sistemas principales del vehículo (batería, sistema de tracción, programación y componentes electrónicos) en colaboración con instituciones como el Instituto Politécnico Nacional, CIATECU y el Instituto de Ingeniería Industrial.
Toda la tecnología es propiedad de la empresa, lo que evita el pago de licencias tecnológicas. Únicamente las celdas de litio son importadas, debido a la falta de producción nacional.
Actualmente, la empresa cuenta con 25 unidades en operación y proyecta la salida de cinco más en los próximos tres meses. La línea de producción está diseñada para operar durante al menos dos décadas.
El motor de estos vehículos, registrado bajo la patente mexicana MEGAFLUX, ha sido exportado a diversos países (principalmente Estados Unidos) y se distingue por su alta eficiencia energética, desarrollada íntegramente en México.

En términos operativos, el modelo eléctrico está diseñado para aprovechar la llamada “electricidad base”, disponible durante la madrugada, cuando la demanda general es menor. Esto permite cargar las unidades fuera de los picos de consumo, mantenerlas en operación durante todo el día y garantizar su disponibilidad desde las primeras horas de la mañana.
Desde el punto de vista ambiental, Gottfried subrayó que estos autobuses representan una alternativa concreta para reducir emisiones contaminantes en espacios con alta concentración vehicular, como patios de maniobras o paradas de autobuses.

Además, TARUK colabora con empresas como DINA para adaptar las unidades a las necesidades reales del usuario: accesibilidad, distribución interior y número de asientos. Cada autobús se comercializa en un rango de 5.4 a 5.5 millones de pesos, dependiendo del volumen adquirido.
Con este proyecto, la empresa apuesta no solo por una movilidad más limpia y eficiente, sino también por el fortalecimiento de una industria tecnológica nacional capaz de innovar, competir internacionalmente y responder a los retos de la movilidad urbana del siglo XXI.