En México operan más de 250 mil escuelas, desde preescolar hasta universidad, de acuerdo con el INEGI. Sin embargo, especialistas advierten que una parte importante de ellas carece de seguros de Responsabilidad Civil, pese a estar expuestas a accidentes, daños estructurales y fenómenos naturales que pueden comprometer tanto la seguridad de los estudiantes como la continuidad de sus operaciones.
“Trabajar en el sector educativo implica una gran responsabilidad y exposición a riesgos. Por eso, además de contar con protocolos de seguridad, las instituciones deben adquirir una protección financiera adecuada a sus necesidades”, explicó Teresa Yáñez, directora de Siniestros en GMX Seguros.
Entre los riesgos más comunes se encuentran accidentes personales, intoxicaciones por alimentos, caídas de estructuras, fallas eléctricas en laboratorios o daños por huracanes y terremotos. Ante estas situaciones, un seguro de RC permite cubrir indemnizaciones por daños materiales, perjuicios e incluso daño moral a terceros.
La cobertura no solo protege a los estudiantes y al personal, también evita la quiebra financiera de colegios, universidades y academias pequeñas ante una eventualidad.
“La responsabilidad social y financiera de las instituciones educativas debe traducirse en acciones concretas que garanticen bienestar y cumplimiento normativo”.
