En un mitin reciente en Carolina del Norte, el expresidente Donald Trump lanzó una dura advertencia a México, afirmando que, si el nuevo gobierno no detiene el flujo de “criminales y drogas” hacia Estados Unidos, impondría un arancel del 25% a todas las importaciones mexicanas. Aunque reconoció que la nueva presidenta de México es “una mujer muy agradable”, dejó claro que esto no le impediría actuar si no veía resultados.
Durante su primer mandato, Trump renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), convirtiéndolo en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), vigente desde julio de 2020. En su campaña, prometió elevar los aranceles de importación, sugiriendo un aumento generalizado de entre el 10% y el 20%, y hasta un 60% para productos de China.
Trump también apuntó a México como un punto de tránsito para el fentanilo, afirmando que si no se controlaba su entrada desde China, se aplicarían aranceles hasta que se resolviera el problema.
Con México consolidándose como el principal socio comercial de Estados Unidos en 2023 y 2024, estas declaraciones reflejan un intento de Trump de movilizar a su base electoral al abordar la migración irregular y el tráfico de drogas.