En 2026, el gobierno federal planea un presupuesto que promete mucho sin subir impuestos. Según el secretario de Hacienda, Edgar Amador Zamora, la idea es aumentar la recaudación hasta 15.1% del PIB no por cobrar más, sino por cobrar mejor: cerrar la puerta a la evasión, hacer trámites más sencillos y modernizar aduanas para que el dinero de los contribuyentes rinda más.
Uno de los cambios clave está en la deducibilidad de las cuotas que pagan los bancos para cubrir los pasivos del viejo Fobaproa. En países como Estados Unidos o Canadá esto no es deducible, y México quiere alinearse a esa práctica para que no sean los impuestos de todos los que financien rescates bancarios. En otras palabras, los bancos tendrán que absorber ese gasto y no trasladarlo al fisco.
También seguirán los impuestos a bebidas azucaradas y otros productos, no solo para recaudar, sino para apoyar la salud pública. Con estos recursos se busca financiar programas que reduzcan enfermedades y fortalezcan el sistema sanitario.
Zamora aseguró que este paquete económico es histórico porque destina montos nunca vistos al bienestar social: 987 mil millones de pesos para programas de apoyo directo a la población, 966 mil millones a salud, 399 mil millones a vivienda, 1.1 billones a educación, 1.3 billones a inversión en infraestructura y 201 mil millones a seguridad.

En resumen, el gobierno promete más inversión social y mejores servicios sin subir impuestos. El reto será cumplir esas metas combatiendo la corrupción y cobrando de manera más justa para que el dinero público llegue donde más se necesita.