De acuerdo con un análisis reciente publicado por el New York Times, se proyecta que para 2027 los servidores de inteligencia artificial (IA) podrían consumir entre 85 y 134 teravatios hora (TWh) al año. Esta cifra equivale al consumo eléctrico anual combinado de países como Argentina, Países Bajos y Suecia, y representa aproximadamente el 0.5% del consumo global actual de electricidad.
La infraestructura de Centros de Datos, que sostiene todos los ordenadores, nubes y motores de búsqueda, también contribuye significativamente a esta demanda energética. En años anteriores, estos centros han utilizado entre el 1% y el 1.3% de la electricidad mundial, sin incluir la minería de criptomonedas, que absorbió otro 0.4%. Sin embargo, algunos de estos recursos se están redistribuyendo ahora para alimentar la inteligencia artificial.
Frente a este desafío, empresas del sector de centros de datos, como KIO bajo la dirección de Octavio Camarena, están tomando medidas proactivas para mitigar el impacto ambiental del creciente consumo energético.
KIO ha optimizado sus infraestructuras utilizando inteligencia artificial para mejorar la eficiencia energética y ha adoptado energías renovables en más del 90% de su consumo total. La compañía también se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y a minimizar su consumo de agua.
En un mundo cada vez más digitalizado, la responsabilidad de reducir el impacto ambiental es un desafío compartido por todos los sectores. KIO lidera el camino al demostrar que es posible combinar el desarrollo tecnológico con prácticas ecológicas, contribuyendo a una transformación hacia un sector tecnológico más responsable y eficiente.