El huracán Otis dejó una profunda devastación en Guerrero, y con ello, muchas familias perdieron todo. Uno de los sectores más afectados fue la educación: miles de niñas y niños se quedaron sin escuelas, sin materiales y sin un lugar seguro donde seguir aprendiendo, jugando y creciendo.
Pero en medio de la tragedia, surgió la solidaridad. Gracias al trabajo conjunto de fundaciones, empresas, organizaciones de la sociedad civil y autoridades, hoy la esperanza comienza a renacer. A través del programa “Multiplicando Alegrías”, se han rehabilitado 12 de las 16 escuelas primarias públicas que formaban parte de la iniciativa, lo que ha permitido que miles de estudiantes y sus comunidades puedan contar nuevamente con espacios dignos para continuar su educación.
Un claro ejemplo de este esfuerzo es la escuela primaria Mariana Rodríguez del Toro, que recientemente se entregó a la comunidad. Con grandes cambios, el plantel ahora cuenta con nuevas aulas, baños renovados para niñas y niños, una plaza cívica mejorada y espacios exteriores más accesibles y seguros. Todo fue pensado para que las y los estudiantes puedan volver a soñar con un futuro lleno de posibilidades.
Las obras fueron profundas: desde la impermeabilización de techos hasta la pintura general, la renovación de cancelería, mejoras en las instalaciones eléctricas e hidráulicas, hasta la reparación de los baños y techumbres. Todo esto, no solo para hacer la escuela más funcional y segura, sino también para que pueda cumplir un papel fundamental como refugio en situaciones de emergencia, algo esencial para la comunidad.
Este proyecto ha alcanzado un 85% de avance y ha sido desarrollado con un enfoque sostenible. Diez de las escuelas rehabilitadas contarán con sistemas de captación de agua de lluvia, lo que permitirá recolectar entre 500 mil y un millón de litros al año. Esto no solo ayudará durante las épocas de sequía, sino que también fomenta una cultura de responsabilidad ambiental desde las aulas.
Las intervenciones se han concentrado en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, beneficiando directamente a más de 4,900 alumnos y 229 docentes, y tocando la vida de más de 17,000 personas de manera indirecta. Además, el proyecto ha generado empleos locales, contribuyendo al desarrollo económico de la región.
Esta alianza —que incluye a Fundación CAAAREM, Fundación Chedraui, Fundación Coca-Cola México, Fundación Compartamos, Fundación Familia Bocar, Fundación Gigante, Fundación Kaluz, Niños en Alegría, Fundación Posadas, Promotora Social México, Banco Santander México y la Secretaría de Educación del Estado de Guerrero— demuestra lo que podemos lograr cuando nos unimos con un propósito común.
Este esfuerzo no solo está reconstruyendo escuelas, sino también sueños. Porque cuando las alegrías se multiplican, también lo hacen las oportunidades, la esperanza y la fuerza para seguir adelante.