En México, más del 6% de la población vive con alguna discapacidad. A pesar de contar con un marco legal robusto (como la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Ley General para la Inclusión), la mayoría de las personas con discapacidad sigue enfrentando barreras estructurales que limitan su acceso al trabajo formal. No es la discapacidad en sí la que excluye, sino los entornos laborales que no están diseñados para incluir.
Durante décadas, la inclusión laboral ha sido un reto pendiente. La falta de políticas efectivas, procesos de contratación excluyentes, accesibilidad limitada y escasa sensibilización han dejado fuera del mercado laboral a millones de personas. Incluir a las personas con discapacidad no debe verse como un favor: es un derecho, un imperativo ético y una oportunidad para enriquecer a las organizaciones con talento diverso.
Ante este panorama, diversas empresas han asumido el reto de transformar sus culturas organizacionales y convertirse en agentes de cambio. Estas compañías han comprendido que la inclusión no solo mejora su reputación, sino que impulsa la innovación, la productividad, el compromiso del talento y el cumplimiento de objetivos en diversidad, equidad e inclusión (DEI). De hecho, las empresas líderes en inclusión de personas con discapacidad tienen hasta un 25% más de probabilidades de superar a sus competidores en productividad. Además, registran menores tasas de rotación (1.27% frente al 10% en empresas sin metas claras de retención) y mayores niveles de compromiso laboral, lo que se traduce en eficiencia operativa y reducción de costos.
Éntrale, una iniciativa del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) liderada por Fernando Estrada Franco, ha encabezado el impulso a la inclusión laboral de personas con discapacidad en el país. Su labor se ha enfocado en acompañar a las empresas mediante herramientas, formación, evaluación y asesoría estratégica para derribar barreras, profesionalizar procesos e integrar la discapacidad como un eje transversal en su gestión empresarial.
A lo largo de los años, más de 800 organizaciones se han sumado a esta red nacional, logrando la contratación de más de 60,000 personas con discapacidad. En 2024, el 85% de las empresas que participaron en el Índice de Inclusión Laboral de Personas con Discapacidad (IILPCD) contaban ya con políticas activas de DEI, y el 95% había establecido metas concretas de contratación. Ese mismo año, se impartieron más de 2,690 horas de capacitación especializada en inclusión laboral, y el 88% de las empresas involucraron a su alta dirección en los comités de inclusión.
Estos esfuerzos han derivado en la creación de un distintivo que ha evolucionado hacia una certificación formal, desarrollada junto con el Instituto Mexicano de Estandarización y Evaluación de la Conformidad (IMEEC), y basada en la norma ISO 17067. Esta certificación respalda, con evidencia y estándares internacionales, el compromiso empresarial con la inclusión laboral.
Este año, 35 nuevas empresas fueron reconocidas con el distintivo “Empresa Comprometida con la Inclusión Laboral de Personas con Discapacidad”, otorgado por el CMN, el CCE, COAMEX y Éntrale. Estas son las organizaciones que, con políticas claras, acciones contundentes y resultados medibles, están abriendo camino hacia un México más accesible, justo y equitativo:
Accenture México, AT&T, Bachoco, Banamex, Banco Santander, Banregio, BASF, Bayer, BBVA, CEMEX, Chubb, Cía. de Talentos, Cinépolis, Daimler Buses, Daimler Truck, El Palacio de Hierro, Fibra Uno (FUNO), General Motors, GM Financial, GNP Seguros, Grupo Bimbo, Grupo CIE, Grupo Profuturo, Iberdrola México, J.P. Morgan, Kaltex, Kekén, KPMG, Mabe, OneSmart Logistics, Procter & Gamble México, Scotiabank, Softek, The Home Depot México y Xignux.
Estas empresas no solo cumplen con un deber ético. Están demostrando que la inclusión es una estrategia de competitividad, resiliencia y humanidad.
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