A un año del impacto del huracán Otis en Guerrero, este fenómeno natural se ha consolidado como el tercer siniestro más costoso en la historia de México para las aseguradoras, solo detrás de la pandemia por COVID-19 y el huracán Wilma de 2005. Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), se han registrado 44,653 siniestros con un monto de cobertura estimado en 39,343 millones de pesos.
Durante una videoconferencia de prensa, Norma Alicia Rosas, directora general de la AMIS, destacó que la magnitud de los daños ha evidenciado la vulnerabilidad del sector asegurador. Los reportes de daños abarcan distintos giros, siendo la vivienda el más afectado con 23,689 reportes, seguido de automóviles (16,325) y comercios y restaurantes (2,526).
En términos monetarios, los daños en comercios y restaurantes alcanzaron 14,866 millones de pesos, mientras que la vivienda registró 10,155 millones.
El impacto del huracán Otis ha llevado a la industria aseguradora a desembolsar más de 25,044 millones de pesos en anticipos e indemnizaciones. Esta cifra resalta no solo la gravedad del evento, sino también la necesidad de fomentar una cultura de seguros en la población.
Norma Alicia Rosas enfatizó que la atención a desastres debe adaptarse a las circunstancias específicas de cada siniestro.
Con el aprendizaje obtenido de la atención al huracán Otis, la industria aseguradora busca mejorar sus protocolos y ofrecer un respaldo más eficaz a la población afectada. La experiencia de huracán Otis subraya la importancia de contar con un seguro adecuado para enfrentar eventos catastróficos, brindando tranquilidad y protección a los asegurados en momentos de crisis.