El gobierno de México ha decidido mantener una Línea de Crédito Flexible (LCF) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 35 mil millones de dólares, con el objetivo de fortalecer su estabilidad económica y financiera. Esta medida fue anunciada a través de un comunicado conjunto del Banco de México (Banxico) y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), subrayando que la LCF es una herramienta importante ante los riesgos económicos globales.
El FMI concedió esta línea a México por su sólido historial en políticas macroeconómicas y la fortaleza de sus marcos económicos y políticos en los últimos años. Sin embargo, el organismo internacional advirtió sobre la desaceleración de la actividad económica en el país, en parte atribuida a la política monetaria restrictiva, que ha enfriado el consumo privado, la inversión y el crecimiento del empleo.
A pesar de estos desafíos, el FMI reconoció que México mantiene niveles adecuados de reservas internacionales y una deuda externa sostenible, y que su sistema financiero y finanzas públicas están en buen estado. La LCF, entonces, actúa como un respaldo que permite a México reforzar sus reservas internacionales en caso de choques externos, consolidando su posición ante posibles fluctuaciones en la economía mundial.