El Senado aprobó una nueva ley que cambia cómo funcionará la Guardia Nacional, con 75 votos a favor y 34 en contra. Esto ha generado mucha discusión, especialmente porque ahora esta fuerza de seguridad dependerá directamente del Ejército (Sedena), aunque oficialmente seguirá bajo el mando de la presidenta de la República.
Quienes votaron a favor, como Morena y sus aliados, dicen que esto hará más fuerte a la Guardia Nacional para combatir la delincuencia. Pero la oposición advierte que con esta decisión se está militarizando la seguridad pública, una tarea que debería estar en manos de policías civiles.
La nueva ley reemplaza la anterior y forma parte de una reforma que ya se había aprobado en 2024. Ahora, la Guardia Nacional será una fuerza permanente, con personal militar pero con entrenamiento policial. También se integrará con civiles de confianza para funciones técnicas y administrativas.
Además, se reforzará la coordinación con agencias de inteligencia del país, como el Centro Nacional de Inteligencia, y será el Ejército quien se encargue de generar información para prevenir amenazas a la seguridad nacional.
Esta ley ya fue enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum para que la promulgue oficialmente.