Las tensiones en Estados Unidos por las redadas migratorias escalaron este lunes tras polémicas declaraciones del expresidente Donald Trump, quien amenazó con una respuesta violenta contra quienes protesten contra la presencia de la Guardia Nacional en Los Ángeles. “Si escupen, los golpeamos… serán los golpes más fuertes que hayan recibido”, advirtió, encendiendo aún más un escenario ya tenso.

El despliegue de fuerzas federales ha sido duramente criticado por el gobernador de California, Gavin Newsom, y el fiscal general estatal, Rob Bonta, quien anunció una denuncia contra Trump por violar la Décima Enmienda de la Constitución. Alegan que la intervención, hecha sin el consentimiento estatal, representa un uso abusivo del Título 10 del Código de EE.UU., reservado para emergencias extremas.

La militarización coincide con una ofensiva legislativa que busca recortar beneficios sociales a migrantes indocumentados. La Casa Blanca anunció que retirará la cobertura de Medicaid a 1.4 millones de personas, argumentando que los recursos deben destinarse solo a ciudadanos estadounidenses.

Las redadas ya han dejado 42 mexicanos detenidos en Los Ángeles, según confirmó la SRE, que brinda apoyo consular a los afectados. Gobiernos estatales en México, como los de Jalisco y Puebla, expresaron su rechazo, este último enviando abogados a EE.UU. para apoyar la defensa legal de los detenidos.

Protestas en ciudades como San Francisco han derivado en enfrentamientos y más detenciones. Mientras Trump endurece su narrativa y medidas antimigratorias, se intensifican las críticas sobre el uso de la fuerza y la legalidad de sus acciones, reavivando el debate sobre los límites del poder federal y la protección de los derechos humanos en contextos de alta tensión social.