Con fuerte despliegue de seguridad, nueve ministros de la Corte y 878 jueces electos rindieron protesta en el Senado. El acto incluyó símbolos ceremoniales, calles cerradas y la ausencia del PRI.
Los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia debutaron en el Senado en un ambiente que pareció más ritual que acto republicano. Antes de levantar la mano, fueron “purificados” y recibieron el bastón de mando, un gesto que buscó imprimir solemnidad, aunque no faltaron las lecturas políticas sobre la teatralidad del evento.
Hugo Aguilar asumió la presidencia del máximo tribunal, acompañado por Lenia Batres, Yasmín Esquivel, Loreta Ortiz, María Estela Ríos, Giovanii Azael Figueroa, Irving Epinosa, Arístides Rodrigo Guerrero y Sara Irene Herrerías.
El escenario no pasó desapercibido: calles como Madrid y París bloqueadas, Guardia Nacional y policías vigilando, peatones desviados, y 878 jueces electos desfilando bajo carpas instaladas frente a la sede legislativa. Todo parecía más una pasarela de poder que una simple toma de protesta.
La presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo, confirmó que PAN y Movimiento Ciudadano usarán la tribuna para fijar postura, mientras que el PRI decidió ni aparecer. Un vacío que dejó claro que, incluso en medio de juramentos solemnes, la política mexicana sigue escribiendo su propio guion.