La reestructuración de deudas mediante una “quita” representa un acuerdo entre el deudor y el acreedor para llevar a cabo el pago proporcional de una deuda bancaria. Este proceso se presenta comúnmente cuando el deudor ha acumulado casi tres meses o más de impagos, situación que suele motivar a la institución bancaria a ofrecer esta alternativa.
En Novus News Mx, te explicamos el funcionamiento de este mecanismo, así como los aspectos positivos y negativos que pueden surgir al optar por una “quita” para saldar una deuda bancaria.
Es fundamental recordar que figurar en el Buró de Crédito automáticamente genera un historial crediticio desfavorable, impidiendo que cualquier entidad bancaria pueda otorgar un crédito durante un período de seis años.
Durante el lapso de tres a cinco meses sin realizar pagos, el banco transfiere la deuda a una empresa especializada en cobranzas, asumiendo una pérdida para la institución. En este contexto, surge la opción de negociar una “quita”, en la cual el deudor acuerda pagar una fracción mínima de la deuda, generalmente alrededor del 30% o 40%. Es crucial tener en cuenta que, aunque se haya saldado parte de la deuda, el historial crediticio no se restaurará completamente al 100%.
Negociar una “quita” puede ser una estrategia eficaz para aliviar la carga financiera, sin embargo, el banco emite anotaciones en el Buró de Crédito, indicando la liquidación parcial de la deuda. Estas anotaciones afectan la capacidad crediticia del deudor, quien podría dejar de ser apto para créditos en la mayoría de las instituciones bancarias. Además, la leyenda de “convenio de finiquito o pago menor” implica que la deuda se saldó mediante una quita, resultando en la ineligibilidad para nuevos créditos mientras esta información figure en el historial crediticio.
¿CUÁNDO RECURRIR A UNA QUITA?
Determinar el momento óptimo para optar por la reestructuración de deudas mediante una “quita” es esencial cuando nos enfrentamos a una situación financiera insostenible. Este enfoque se vuelve particularmente aconsejable cuando se han agotado todas las alternativas y careces de los recursos necesarios para realizar incluso del pago mínimo requerido.