El Vaticano ha confirmado este lunes el fallecimiento del papa Francisco, líder de la Iglesia católica desde 2013, a la edad de 88 años. Según el informe oficial emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la causa de muerte fue un ictus cerebral, seguido de un coma y un colapso cardiovascular irreversible.

El deceso se produjo a las 7:35 de la mañana en su residencia en la Casa Santa Marta, donde el pontífice se encontraba bajo constante observación médica debido a su delicado estado de salud.

El informe fue firmado por el profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, quien declaró: “Declaro que las causas de la muerte, según mi conocimiento y conciencia, son las indicadas”.

Entre los antecedentes médicos del pontífice figuran insuficiencia respiratoria aguda, neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes tipo II, condiciones que habrían complicado su recuperación ante un evento cerebrovascular de esta gravedad.

¿Qué es un ictus cerebral?

El derrame cerebral, también conocido como ictus o accidente cerebrovascular (ACV), ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe repentinamente. Esta interrupción priva al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes, causando la muerte de las células cerebrales en cuestión de minutos.

Existen dos tipos principales de ictus:

• Isquémico, causado por la obstrucción de una arteria cerebral, generalmente por un coágulo.
• Hemorrágico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra en el cerebro, lo que se conoce coloquialmente como derrame cerebral.

En el caso del papa Francisco, la evolución del ictus llevó a un coma y, finalmente, a un fallo multiorgánico que desencadenó su muerte.

La muerte del papa Francisco marca el fin de una era dentro de la Iglesia católica, donde su pontificado se caracterizó por la apertura al diálogo, la humildad pastoral y una firme defensa de los más vulnerables.

Se espera que en las próximas horas el Vaticano anuncie los preparativos para las exequias y el inicio del proceso formal que llevará al cónclave para elegir a su sucesor.