Para quienes han seguido cada arco, cada combate y cada nota musical que acompaña la historia, Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba es mucho más que una serie de anime. Es una experiencia emocional que ha crecido con sus fans y que, en 2026, llegará a México en una de sus versiones más intensas: Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba en Concierto.

El proyecto propone algo que pocos títulos han logrado con éxito: llevar el anime fuera de la pantalla y transformarlo en un espectáculo en vivo. En el escenario, una orquesta de 18 músicos interpretará la banda sonora original mientras, al mismo tiempo, se proyectan en una pantalla de gran formato algunas de las escenas más emblemáticas de la serie. El resultado es una combinación pensada para revivir cada momento clave, desde los instantes más épicos hasta los más íntimos.

México será una de las paradas destacadas de esta gira internacional. En la Ciudad de México, el concierto se realizará en el Auditorio Nacional a las 20:30 horas, mientras que en Jalisco tendrá lugar en el Auditorio Telmex a las 18:30 horas. Los boletos ya están disponibles a través de Ticketmaster México, y se espera una respuesta sólida por parte de una comunidad que ha demostrado ser de las más fieles del entretenimiento contemporáneo.

El alcance de Demon Slayer explica el tamaño de la expectativa. La franquicia acumula más de 150 millones de copias del manga en circulación, ha sido una de las series más vistas en plataformas de streaming a nivel global y ha recibido reconocimientos internacionales que la colocan entre los títulos más influyentes del anime moderno. Su música, en particular, se ha convertido en un elemento clave para conectar emocionalmente con la audiencia.

La producción del concierto corre a cargo de GEA Live y RoadCo Entertainment, en colaboración con Aniplex of America, mientras que la operación en México estará liderada por VENTIX Espectáculos. Para la industria del entretenimiento, este tipo de eventos confirma el peso del anime como negocio cultural y como generador de experiencias presenciales de alto valor.

Para los fans, la cita representa algo más personal: una oportunidad para reencontrarse con una historia que marcó una etapa, ahora compartida con miles de personas y amplificada por la fuerza de la música en vivo.