En un mundo laboral donde cada vez se requieren más habilidades tecnológicas y conocimientos sobre el uso de la inteligencia artificial, Pedro Abad, CEO de Elogia México, advirtió que el mayor desafío inmediato para las organizaciones es el reskilling y la escasez de talento especializado en este tipo de temas.

“Quienes no hemos nacido en esta era digital necesitamos adaptarnos cuanto antes; las empresas lo saben, pero aún tienen que invertir de manera efectiva en capacitar a sus equipos”, señaló Abad.

Durante una masterclass sobre cómo potenciar el uso de la inteligencia artificial (IA) en los colaboradores, Abad citó datos recientes que indican que apenas el 21% de las compañías ha rediseñado flujos de trabajo concretos para incorporar la IA de manera sistemática.

Ese déficit de habilidades, dijo, provoca un cuello de botella a la hora de buscar talento: “Las empresas están desesperadas por hallar perfiles capacitados, porque la oferta es muy limitada”.

Sin embargo, destacó que para revertir esta situación se debe romper con la idea de que la IA va a “reemplazarnos” y empezar a creer que, en realidad, viene a agilizar procesos de aprendizaje y potenciar la productividad.

En su ponencia, el CEO de Elogia México subrayó que la IA ya genera un impulso a la productividad empresarial estimado en 4.4 billones de dólares anuales. “La IA es la nueva máquina de vapor”, afirmó Abad, parafraseando un estudio de McKinsey.

Pero advirtió que existe “mucho dinero invertido y poca madurez” en su adopción real. “Hay compañías que venden soluciones de IA, pero todavía muy pocas las tienen realmente integradas en sus procesos”, explicó.

Pedro Abad destacó que, aunque el uso de asistentes conversacionales como ChatGPT se duplica con creces respecto a lo que muchos imaginan, persisten cuellos de botella porque “la gente no está formada y cada quien hace lo que puede con lo que necesita, pero no hay coordinación ni roles definidos”.

A su parecer, la clave está en estructurar equipos y procesos, ya que señaló que “hasta que no exista una organización interna que diga ‘tú haces esto, nosotros hacemos aquello’, no habrá productividad real”.

Además, resaltó que, aunque el retorno de inversión en IA aún es tímido, las compañías concentran esfuerzos en áreas de mercadotecnia, ventas, desarrollo de producto, operaciones e ingeniería.

“Los números muestran que, si el CEO está personalmente encima del proyecto de IA, el impacto es mucho mayor; cuando se delega a niveles más bajos, no sucede nada relevante”, dijo.

Uno de los ejemplos más ilustrativos compartidos por Abad tuvo que ver con la industria farmacéutica en España. Allí, laboratorios usan sistemas de IA para medir la piel de los pacientes y detectar cambios sospechosos en lunares, alertando a través de una aplicación móvil para que acudan al médico si se identifica riesgo de melanoma. “Esta aplicación no solo mejora la atención, sino que reduce costos de diagnóstico tardío y acelera procesos clínicos”, resaltó el ponente.

Durante la masterclass, Abad también abordó el impacto ambiental de la industria digital. “Hoy en día, la huella de carbono de la industria digital supera a la de la aeronáutica”, alertó, al tiempo que afirmó que proyectos como OPHONO —impulsados por su grupo empresarial— compensan emisiones calculando su impacto por desplazamientos y proyectos para clientes, e invirtiendo en bosques y plantación de árboles.

“Es fundamental desarrollar tecnología con conciencia ecológica”, insistió.

A pesar de que la demanda de potencia de cómputo se dispara, beneficiándose de una “Ley de Moore” aplicada al machine learning (cada año la tecnología duplica su capacidad de procesamiento consumiendo menos recursos y a menor costo), Abad señaló que dicha eficiencia ayudará a reducir las emisiones a largo plazo.

En este sentido, apuntó que hace dos décadas entrenar un modelo de IA costaba alrededor de un millón de dólares; hoy, esa cifra ronda los 10 mil dólares.

Otro tema clave que abordó fueron los “agentes de IA”, sistemas capaces de automatizar tareas múltiples sin intervención humana.

“Un agente puede extraer noticias del día, clasificarlas por tema y enviarlas por Telegram; o generar automáticamente un tweet y un post de LinkedIn cada vez que se publica un artículo. Se trata de aprender a ‘nadar en esa agua’”, dijo Abad. Según él, este nivel de automatización es el “motor de reinvención” que ninguna empresa puede permitirse ignorar.

Para reforzar su mensaje, Abad recordó las lecciones históricas del ludismo y la alfabetización masiva. En la Primera Revolución Industrial, recordó, los luditas rompían telares mecánicos por temor a perder sus empleos; hoy, la industria textil emplea a más personas y en mejores condiciones que hace 200 años. De igual forma, dijo que la alfabetización pasó del 12% en 1820 al 87% en la actualidad, contribuyendo a que la pobreza extrema global cayera del 80% a menos del 10%.

Finalmente, el CEO de Elogia México exhortó a empresarios y profesionales a dejar de lado el miedo:
“La inteligencia artificial no te va a quitar el trabajo; quien sí te lo quita será alguien que sepa usarla”.