El nuevo paquete arancelario impulsado por el Gobierno de México tiene como objetivo central proteger hasta 350 mil empleos industriales, ante el acelerado crecimiento de importaciones con precios por debajo de los estándares internacionales, informó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon.

Durante la presentación de la medida, Ebrard explicó que el paquete —enviado al Congreso el 8 de septiembre por la presidenta Claudia Sheinbaum y aprobado tras un proceso de ajustes— responde a una presión creciente sobre sectores estratégicos que concentran una parte relevante del empleo manufacturero del país.

Los sectores con mayor riesgo identificado son textil y vestido, calzado, acero y automotriz, industrias que han registrado incrementos de importaciones de hasta 34% anual, en algunos casos con precios por debajo de los costos de referencia internacional, lo que genera una competencia considerada desleal.

De acuerdo con cifras oficiales, las importaciones crecieron 12.4% en acero, 20.8% en vestido, 22.3% en calzado y 34% en vehículos, una tendencia que, de mantenerse, podría traducirse en la pérdida acumulada de 350 mil empleos hacia 2026.

Industria automotriz, el foco rojo del paquete

El secretario de Economía subrayó que la industria automotriz, de la cual México es el quinto productor mundial, representa un tercio del empleo manufacturero nacional, por lo que cualquier deterioro en sus condiciones de competencia tendría un impacto sistémico.

El diagnóstico del Gobierno apunta a una estrategia recurrente de algunas empresas extranjeras: ganar mercado vendiendo por debajo del costo, desplazar a la competencia local y, posteriormente, ajustar precios. Frente a ello, el paquete arancelario busca restablecer un “piso parejo” sin frenar el comercio legítimo.

En términos comerciales, México enfrenta desequilibrios significativos con algunos países: por cada 1 dólar exportado, se llegan a importar hasta 9 dólares, una relación calificada como insostenible para la balanza industrial.

1,466 fracciones arancelarias y 17 sectores estratégicos

El paquete aprobado incluye 1,466 fracciones arancelarias, agrupadas en 17 sectores industriales, entre ellos: autopartes, autos ligeros, textiles, vestido, siderurgia, aluminio, electrodomésticos, muebles, calzado, papel y cartón, motocicletas, vidrio, productos plásticos, cosméticos y remolques.

La Secretaría de Economía precisó que no se trata de una medida contra países específicos, sino contra productos provenientes de naciones con las que México no tiene tratado comercial, respetando plenamente los compromisos internacionales vigentes.

Además, se realizaron ajustes relevantes —principalmente en autopartes, siderurgia, textil y aluminio— tras el diálogo con la industria, para evitar disrupciones en cadenas donde la sustitución inmediata de importaciones no es viable.

Impacto inflacionario acotado y respaldo empresarial

Uno de los principales riesgos evaluados fue el efecto en precios. Según los cálculos oficiales, el impacto inflacionario del paquete sería de apenas 0.2 puntos porcentuales, un costo considerado marginal frente a la protección del empleo industrial.

El diseño del paquete contó con la participación de organismos empresariales como CONCAMIN, CANACERO, cámaras textiles, del calzado, autopartes y aluminio, así como con consultas con países exportadores como China, Corea del Sur, India e Indonesia.

Este respaldo se ha reflejado en posicionamientos públicos de diversas cámaras industriales que apoyan la decisión del Ejecutivo y del Congreso.

Plan México y polos de desarrollo: la estrategia de fondo

El paquete arancelario se articula con el Plan México, cuyo objetivo es elevar el contenido nacional en cadenas productivas en 15%, impulsar la inversión hasta 28% del PIB y generar 1.5 millones de empleos en el mediano plazo.

En paralelo, el Gobierno avanza en el desarrollo de 15 Polos de Desarrollo, de los cuales seis estarán en operación entre enero y marzo de 2026, con inversiones confirmadas en sectores como automotriz, logística, energía, siderurgia, agroindustria y economía digital.

Destacan proyectos como una planta de APIs farmacéuticas en Hidalgo por 2,000 millones de dólares, inversiones agroalimentarias por 200 millones de dólares en Puebla, y desarrollos logísticos clave en el Bajío y el centro del país.

Empleo, la variable crítica

Los 350 mil empleos en riesgo se concentran principalmente en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla y Querétaro, estados clave para la manufactura nacional.

La lectura económica del Gobierno es clara: actuar ahora para evitar una pérdida estructural de empleo industrial, en un contexto global de sobreoferta, comercio agresivo y reconfiguración de cadenas productivas.

Para la administración federal, el mensaje es contundente: México seguirá siendo una economía abierta y exportadora, pero con reglas que protejan su base productiva y su empleo.