Con el aumento global del uso de criptomonedas, también crecen los delitos asociados. Según el informe anual sobre criptocrimen de Chainalysis, en 2024 las direcciones ilícitas recibieron $40.9 mil millones de dólares, cifra que podría alcanzar los $51 mil millones una vez que se analicen todos los datos.
En 2022, estas transferencias alcanzaron un récord de $54 mil millones, aunque $8.7 mil millones correspondían únicamente a reclamaciones contra FTX.
Pese al aumento en 2024, las transacciones ilícitas representan solo el 0.14% del valor total del ecosistema de criptomonedas, una porción pequeña en comparación con su uso legítimo. No obstante, preocupa la creciente diversificación y profesionalización del criptocrimen.
“Actores ilícitos, incluyendo grupos del crimen organizado, están usando criptomonedas para financiar delitos como tráfico de drogas, lavado de dinero, extorsión y tráfico de personas. Además, algunas redes criminales recurren a ellas para realizar múltiples actividades delictivas,” explicó Eric Jardine, líder de investigación en cibercrimen de Chainalysis.
Del total recibido en 2024, $10.8 mil millones provienen de “organizaciones ilícitas”, definidas como wallets vinculadas a delitos cibernéticos y servicios que facilitan actividades criminales como piratería, tráfico y lavado de dinero.