La Ciudad de México regresó este jueves al mercado de capitales con la emisión de un Bono Verde por hasta 3,000 millones de pesos, a 10 años y con calificación AAA por Fitch y HR Ratings. Se trata de una colocación quirografaria alineada con los Principios Internacionales de Bonos Verdes y con la Taxonomía Sostenible de México, convirtiéndose en uno de los instrumentos subnacionales más sólidos del país.
Durante el campanazo en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el secretario de Hacienda, Édgar Amador, afirmó que esta emisión demuestra que los gobiernos locales pueden financiar infraestructura estratégica con criterios de responsabilidad fiscal, transparencia y sostenibilidad. Recordó que la relación de la CDMX con la BMV inició en 2003, con una histórica colocación por 2,500 mdp, que abrió el camino para que entidades federativas accedieran al mercado de deuda con reglas claras y proyectos verificables.
Los recursos se dirigirán al financiamiento de las Líneas 5 y 6 del Cablebús, un proyecto emblemático que reduce emisiones, acorta traslados y conecta zonas marginadas con los principales puntos de la ciudad. “Invertir en Cablebús es apostar por inclusión, movilidad sostenible y calidad de vida”, subrayó Amador.
Hacienda destacó el impacto doble del instrumento: fortalece la deuda subnacional bajo un marco de sostenibilidad y demuestra que el financiamiento verde “ya no es un nicho, sino una herramienta central para enfrentar el cambio climático”.
El funcionario llamó a más estados y municipios a replicar este modelo, asegurando que cada peso invertido genera beneficios ambientales y sociales medibles. “Los inversionistas no solo obtienen rendimiento: participan en proyectos que transforman comunidades”, afirmó.

