El crecimiento en el uso de dispositivos electrónicos ha llevado a un incremento significativo de residuos tecnológicos o electrónicos, conocidos como “e-waste” o basura electrónica.
Este tipo de basura, que incluye desde teléfonos móviles y laptops hasta electrodomésticos y cables obsoletos, representa un desafío ambiental y de salud a nivel mundial.
El informe elaborado por el Instituto de las Naciones Unidas para la Formación Profesional y la Investigación (UNITAR, por sus siglas en inglés), establece que tan solo en nuestro país anualmente se generan 1.5 millones de toneladas de desechos tecnológicos, y sólo el 4 por ciento se recicla.
Cuando se habla de reciclaje electrónico se habla del proceso mediante el cual se recolectan, desarman, clasifican y tratan los dispositivos electrónicos en desuso para recuperar materiales útiles y prevenir que los componentes tóxicos contaminen el medio ambiente.
Y es que los residuos electrónicos contienen materiales que pueden ser reutilizados, como el cobre, aluminio, plástico y componentes electrónicos, los cuales pueden transformarse en materia prima para otros productos.
Pero también contienen metales tóxicos, como el plomo, mercurio y cadmio, que requieren un manejo especial para no causar daños a la salud humana ni al ecosistema.
Por ello es que la gestión adecuada de los residuos electrónicos es un tema relevante y urgente de atender.
Las empresas tienen un papel fundamental en esta tarea, ya que tienen la posibilidad de incorporar programas de reciclaje en sus políticas corporativas y sensibilizar a sus empleados y clientes sobre la importancia de esta práctica.
¿Por qué es importante reciclar basura electrónica?
Reciclar los residuos electrónicos es crucial por varias razones, una de ellas es el impacto ambiental. Los componentes tóxicos de la basura electrónica, al ser desechados sin tratamiento adecuado, liberan sustancias que contaminan el suelo y las aguas subterráneas. El reciclaje electrónico reduce esta contaminación y permite recuperar materiales que pueden ser reutilizados.
Otro aspecto, es el aprovechamiento de recursos, ya que los dispositivos electrónicos contienen materiales valiosos como oro, plata y cobre. Reciclar permite recuperar estos metales preciosos, reduciendo la necesidad de extraerlos de la naturaleza y minimizando el impacto de la minería en los ecosistemas.
Pero sin duda, a medida que México adopta regulaciones más estrictas sobre el manejo de residuos, las empresas que practican el reciclaje de sus dispositivos electrónicos no solo cumplen con las leyes, sino que también refuerzan su reputación de responsabilidad social y ambiental.
Caso de éxito: El Reciclatón Electrónico en Grupo Peña Verde
Un ejemplo en México es Grupo Peña Verde, un grupo mexicano dedicado a la administración de riesgos, que ha adoptado un programa de reciclaje electrónico exitoso en sus oficinas, llamado “Reciclatón Electrónico” y que en este 2024 se realizó por segundo año consecutivo con ayuda de los colaboradores; aunque la iniciativa la implementó desde 2021.
Mediante una colaboración con PROAMBI, empresa especializada en el reciclaje de activos tecnológicos en México, Grupo Peña Verde ha logrado recolectar y reciclar una gran cantidad de dispositivos obsoletos, contribuyendo a reducir el impacto ambiental de su operación.
De acuerdo con PROAMBI, las organizaciones pueden implementar prácticas efectivas para el manejo de sus desechos electrónicos.
Por ejemplo, recomienda incorporar un programa de reciclaje electrónico para centralizar el manejo de residuos y asegurarse de que todos los dispositivos sean desechados de manera responsable, y que cumplan con estándares de calidad y seguridad.
“Este programa no solo ha ayudado a Grupo Peña Verde a reducir su huella de carbono, sino que también ha fortalecido su imagen como una empresa socialmente responsable, lo que ha mejorado su reputación entre sus clientes y la comunidad en general”, señaló Romina Ortiz, Gerente de Sustentabilidad de GPV.
Tan solo este 2024, gracias a Grupo Peña Verde y a sus colaboradores, la compañía envió 434 unidades a PROAMBI, mismos que ayudan a ahorrar 116.37 metros cúbicos de agua, 13.8 litros de petróleo, 7.3 metros cúbicos de aguas residuales y 19,117.7 KW/H.
“Para Grupo Peña Verde es fundamental desarrollarse y generar rentabilidad dentro de un marco ético, respetando el entorno natural, social, político, cultural y personal. Esto lo hacemos dentro del marco que plantean los criterios ASG en los ejes social, ambiental y de gobernanza, mediante compromisos específicos planteados en nuestra estrategia”, expuso la Gerente de Sustentabilidad.
Sin duda, las empresas mexicanas pueden ser agentes de cambio en la transición hacia un manejo más sostenible de los residuos electrónicos y contribuir a un México más verde y saludable.